Un suceso especialmente desagradable que a muchos nos ha quedado grabado en la retina.
Greg Nicotero cuenta cómo surgió más o menos la idea: antes de empezar a planificar la segunda temporada los guionistas fueron de visita a la sede de KNB, la compañía de efectos especiales de la serie. Allí, viendo trabajos pasados y presentes, encontraron la inspiración.
“Queremos meter a un zombi en un pozo, con dos metros de agua, y que la haya ido absorbiendo, que esté completamente hinchado y descolorido.” La experiencia le decía a Nicotero precisamente eso, que un cadáver en contacto con el agua debería tener un aspecto completamente hinchado.
Para ello construyeron un traje hecho de silicona… ¡que pesaba 30 kilos! Calzarse un traje así en pleno verano en Atlanta para interpretar al zombi no iba a ser plato agradable.
El actor seleccionado para el papel cayó enfermo (no me extraña, de solo pensarlo).
Así que fue Brian Hillard, empleado de KNB, a quien le tocó finalmente el premio gordo.
Quizás es este tipo de cosas las que le valieron a la serie el premio Emmy en la categoría de Mejor Maquillaje.
